En cuatro años, el campo de intervención de la impresión digital ha
progresado en todos los frentes. Que se hable del gran formato, de datos variables,
de tiradas cortas, de color o de blanco y negro, se presenta como una alternativa seria
a otros procesos.
Además de los progresos tecnológicos, el coste de la impresión digital ha
caído un 58% en diez años, con umbrales de rentabilidad en alza; la impresión digital a color
de producción ya no está limitada a tiradas muy cortas.
(Fuente: Info Trends, febrero
2007).
Se puede decir que lo digital refleja un poco el mundo del offset. Se
encuentra por ejemplo la segmentación entre la hoja y la rotativa - en digital, se habla más bien
de bobina - así como las diferencias de formatos.
Lo digital también permite
abordar el mundo de la personalización de documentos.
Además, puede adaptarse a un gran número de tipos de soportes como el vidrio, la piedra, la
moqueta, etc., uniéndose así al universo de la serigrafía.
En el mercado de la impresión digital, la
batalla comercial se focaliza más en la calidad y la posibilidad de imprimir con más de
cuatro colores que en la velocidad de impresión.
Según el mercado al que se dirija el impresor, la
técnica de impresión de la prensa puede variar.
En efecto, existen diferentes tipos
de impresión digital. Nos interesaremos en los dos procesos principales: el chorro de tinta y el
tóner.
El tóner es una tinta en polvo constituida, en
mayor parte, por finas partículas de materia plástica, de resina y de pigmento magnético. Proceso
también llamado «Xerografía» (inventado por la compañía Xerox) o «electrofotografía».
Para responder a la impresión bajo demanda, la oferta actual existente está compuesta sobre todo de
prensas de hoja a base de tóner.
El chorro de tinta apuesta por la
velocidad de impresión, pero la calidad no está sin embargo al nivel de la electrofotografía. El
principio interesa, por tanto, a mercados para los que la velocidad de impresión y el volumen producido
priman.
La impresión de chorro de tinta se asegura por una proyección de tinta sobre un soporte papel,
el más a menudo presentado en bobina (otra característica para optimizar la velocidad de impresión,
ver capítulo IV), que desfila a muy alta velocidad delante de una serie de cabezales de impresión. Se está
sobre cadencias del orden de 500 páginas por minuto en color. Se habla incluso en metros por minuto,
con cifras que evolucionan entre 100 y 300 m/min según los modelos.
Pocos impresores,
pues, en un mercado muy especializado, ocupado esencialmente por operadores que vienen del mundo del enrutamiento o de la gestión de datos. Porque la impresión
de tales volúmenes impone una organización sin fallos, tanto en la fase previa, en la gestión de datos
electrónicos, como en la posterior, en el embolsado y el enrutamiento.
La gestión de colores es un conjunto de técnicas que pueden
ser utilizadas para cuantificar, comunicar, calcular y reproducir los colores. Esta permite
controlar y mejorar las diferentes operaciones de reproducción con el fin de obtener colores
fieles, predecibles y reproducibles. Así, conservamos los colores del documento original
a lo largo de toda la cadena de tratamiento.
Hay 2 soluciones para reproducir los colores CMYK y los colores Pantone:
Estándares colorimétricos:
Son
simulaciones de los colores directos aprobados PANTONE®, colores Adobe PostScript1 independientes de
la unidad, estándares colorimétricos internacionales CIE y soporte de los sistemas de gestión de
color ICC y Apple® ColorSync® (software de gestión de colores específico para Macintoch).
Para simular los colores imprimibles en una prensa de impresión digital, dos condiciones deben cumplirse
: la prensa debe estar calibrada y los diversos ajustes de colores deben ser efectuados (Perfil
de origen, perfil ICC del proceso elegido, incluidos en los archivos o suministrado por el cliente; Perfil
de destino, perfil de la prensa, perfil ICC del proceso elegido; Reproducción colorimétrica absoluta, blanco
papel).
La gestión de colores a través de los perfiles ICC permite restituir y reproducir
de una forma previsible, fiable y repetitiva, los diversos colores del espectro cromático y la
simulación de los colores Pantone. Un perfil ICC describe las características colorimétricas de la
prensa o del proceso de impresión que presenta.
Para que una impresión digital sea
realmente contractual, hay que empezar por identificar el resultado final deseado. Podemos
determinar este mediante un Cromalin analógico o digital, por ejemplo. Una vez determinado el resultado
final, la estandarización y la caracterización de su impresión permite tener el o los
perfiles
ICC de los materiales.
Con el fin de aplicar el/los perfil(es) elegido(s), hay que
identificarlo en todos los periféricos por los que las imágenes o los diversos archivos pasarán
(escáneres, pantallas, impresoras, prensas digitales, etc.). El perfil es, por tanto, una especie de tarjeta
de identidad colorimétrica. Contiene una descripción que puede ser muy detallada y precisa de los
colores reproducibles en este periférico.
Certificado Pantone®:
Esta certificación atestigua la capacidad de un periférico de producción para reproducir los colores Pantone. Se trata de una solución de mezcla de tintas conforme al sistema de colores Pantone® Goe. Esta licencia permite a los impresores obtener más de 3000 colores Pantone, es decir, el nivel más alto actual de colores Pantone
en digital. El Pantone Goe System ofrece a los impresores una nueva forma de elegir y producir con precisión colores específicos.
En una prensa digital certificada, por lo tanto, hay las cuatro colores primarios en línea: cian, magenta, amarillo y negro + x ubicaciones para cartuchos de tóner Pantone® a solicitar según las demandas y/o los clientes.
La obtención de la certificación oficial es el fruto de un proceso riguroso que tiene por objetivo garantizar la capacidad de un periférico dado para respetar los estándares de reproducción.
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